" Cuando la vida te corta en dos pedazos, los demás veran lo que hay en tu interior"
Emma Glizette Caballero

Anoche me vi en sueños con un agricultor. Y pude ver que había alguien que tenía en sus manos una fruta inmensa. No sé qué fruta era y no pude ver su apariencia externa o física. La vi ya partida en dos pedazos. Muy grandes.  Yo oía que esa persona nos decía: Tienes que partir el fruto para que puedas encontrar sus semillas y ver lo que es su esencia.


Desperté a escribir mis sueños como de costumbre hago cuando los tengo. Y comencé a gozarme con esa reflexión que puedo sustraer de este momento en mis sueños.



Conoces cuán fructífero es el árbol cuando lo ves crecer y conoces el fruto que ha salido de el. 


No podemos juzgar un árbol si es bueno hasta que pruebas su fruto y luego quieres compartir sus semillas.  De modo que este árbol siga siendo cultivado, porque es bueno. Esa semilla que germina en un árbol, cuyo género, crece, se desarrolla y da vida por medio de nuevos frutos.


Al ver la forma en cómo este sueño me habla de la importancia del interior de la fruta.  Y así los seres humanos, cuando la vida nos parte en dos. Cuando somos probados. Será notorio la esencia que está escondida en nuestro corazón. Allí será visto el genuino fruto. Muchas personas viven apariencias y buscan ser reconocidos por lo que no son. Pero cuando llega ese momento donde se hace necesario que otros vean internamente en tu ser. Allí será evaluada la textura, el color, su sabor, la semilla,  porque la realidad es que cuando la vida nos procesa, se muestra nuestras intenciones. Se muestra lo genuino. Lo sincero. Nuestros sentimientos. Y nuestra fe. ¡Wow! 


Es en la prueba donde nuestra esencia será esparcida como semilla. Y nos multiplicaremos cultivados en otros jardines, por medio de los afectos. Es decir los buenos frutos que brotan de nuestro árbol. Nuestros frutos. Nuestras acciones. Dan nuevos frutos, por causa de la semilla buena que sea esparcida. 


La esencia de lo que hay en ti, será notorio allí cuando parece que la vida te quiebra. ¡Para que des verdadero fruto!  ¿Has comprendido este hecho tan poderoso? Cuando partes la fruta, ¡ves su interior! Cuando tu vida se quiebra, fluye de ti lo mejor. Porque surge quien verdaderamente eres. Donde la intención será expuesta a la palabra y a la acción. Muchas personas quieren vestirse de una apariencia que no son. Permite que si es necesario, la fruta sea partida en dos. Allí verás la esencia de su corazón. Porque no es hasta que partes el fruto que no ves su semilla. Porque cuando el ser humano es probado verás su verdad. El buen árbol, da buen fruto. El malo, jamás podría ni por mas que trate, hacer lo contrario.  Ten por seguro que el agricultor evaluará los frutos. 

16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?

17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.

18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.

19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.

20 Así que, por sus frutos los conoceréis. Lucas 7

¿Cuántas veces hemos visto una fruta hermosa que nos llama la atención por su bella apariencia? Y creemos que sabe buena. Pero no necesariamente es así, ya que puede que su fruto sea amargo.  ¿Cuántas personas han dicho que la guanábana les parece de fea apariencia? Pero al probarla pueden palpar su suave textura, diferente y única.  Para admirar que sus hojas son medicinales y hasta anhelar cargar las semillas, para sembrarlas y obtener en su tierra, un árbol de este valioso fruto.  Así podemos decir que este es un árbol de poderoso propósito. Entonces daremos valor a ese fruto. A esa semilla. ¡Al árbol que es!  Y cuando otros vean, los frutos que comprenden tu persona y tu semilla de propósito, podrán verdaderamente identificar tu esencia y juzgar con justo juicio lo que emana de tu ser. 

Las fresas tienen una belleza única. Y su sabor agridulce es un deleite. Mas no a todo el mundo le gustarán. Así somos nosotros. Distintos en apariencias y diferentes también. De esa manera única de ser. Cual plantío de Dios para su gloria. Isaías 61:3 Comparados como árboles que están plantados en el; con una esencia en Dios, de gran valor y propósito. 


Claro, no olvidamos que habrá personas a las que aún a pesar de ese fruto y de ese momento en que es evidente lo que cargamos, que tal vez, no nos miren como nosotros quisiéramos. Porque como todo. No todo el mundo nos aceptaría igual. Pero cuando nuestra esencia es buena, daremos fruto para Dios, buscando siempre agradar a aquel que plantó la buena semilla y quien con su gracia, misericordia y amor, la ha regado, para que con nueva vida germinemos propósitos.  Recuerda que has sido sembrada cual árbol en un lugar en particular donde darás el fruto. 


  • Manzana Roja - ¡Oye! Verdecita, y ¿porqué tu eres tan pequeñita y verde? Y tu dices, ¿qué eres manzana? ¡No me parece! ¡Tú no eres igual a mi !

  • Manzana Verde - ¿Sabes?, a pesar de ser pequeña , soy igual a ti. En esa esencia que llevamos dentro. Tu no la vez. Pero es igual. Damos el mismo fruto y hasta somos familia.


¡Imaginas ésta curiosa conversación entre estas dos manzanas! 


Que cuando otros cuestionen cómo eres, vean qué eres y cómo eres. Pero sobre todo que ese para qué eres, posee un fruto de propósito. Y que ha sido necesario que lo que hay dentro de tu corazón, sea puesto en evidencia.  Valora tu esencia y da fruto. 


El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca. Lucas 6:45




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