Un varón de la familia de Leví fue, y tomó por mujer una hija de Leví; la cual concibió, y le dio a luz un hijo; y viéndole que era hermoso, le tuvo escondido tres meses. Y no pudiendo tenerle más escondido, tomó una arquilla de juncos, y la calafateó con pez y betún, y colocó en ella al niño, y lo puso en un carrizal a la orilla del río. Y se paró una hermana suya a lo lejos, para ver lo que le acontecería. 
Y la hija del Faraón descendió a lavarse al río, y paseándose sus doncellas por la ribera del río, vio ella la arquilla en el carrizal, y envió una criada suya a que la tomara. Y cuando la abrió, vio al niño; y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: De los niños de los hebreos es éste.Entonces su hermana dijo a la hija del Faraón: ¿Iré a llamarte un ama de las hebreas, para que te críe este niño?
Y la hija del Faraón respondió: Ve. Entonces fue la doncella, y llamó a la madre del niño;a la cual dijo la hija de Faraón: Lleva este niño, y críamelo, y yo te lo pagaré. Y la mujer tomó al niño, y lo crió.


Miriam aún siendo una niña fue muy sabia. Conocía perfectamente lo que podía sucederle a su hermano, sería echado al río para matarlo. Era el edicto del Faraón para evitar que los israelitas siguieran multiplicándose. El pequeño bebé había llegado al mundo bajo una intensa esclavitud y opresión de su pueblo. Los israelitas estaban siendo fuertemente oprimidos y siendo sometidos a  servidumbre por los egipcios. En medio de lo que sucedía Dios estaba con sus escogidos y estos seguían creciendo a tal punto que los egipcios lo temían. (Éxodo 1:12)

Cuando ya el bebé no pudo ser escondido más, su madre lo colocó en una cesta elaborada con juncos y calafateada con brea y asfalto. Allí en la orilla del río colocaron a quien nosotras sabemos fue el que sacó y dirigió a los israelitas de la esclavitud con la guía de Dios.  El bebé sólo tenía tres meses. No puedo pensar en el dolor que sentirían Miriam y su madre al tener que dejarlo allí. De no hacerlo lo tomarían de sus manos los soldados egipcios para lanzarlo al río. 

Allí mismo se mantuvo su hermana , observando cómo la cesta, con su hermano adentro, era llevada por la corriente. Fue en ese lugar que todo tomó un nuevo giro. Miriam pudo ver que la hija del Faraón estaba paseándose con sus doncellas por la ribera del río. Una de sus criadas había tomado al bebé que lloraba. Es entonces cuando Dios le da a Miriam la estrategia perfecta. Ella va corriendo donde la hija del Faraón para ofrecerle una nodriza hebrea para el niño. ¡Sin palabras!  Miriam tuvo todas las agallas para ir a presentarse donde nada más y nada menos que la hija del Faraón. Tuvo el valor de hablar en el momento perfecto. La vida de su hermano dependía de ello. 

Mientras escribo y leo esta hermosa palabra, medito en la importancia de tener el valor y la fuerza para hablar en el momento necesario. De presentarnos ante las personas de autoridad con respeto, pero con estrategias directas del cielo. Con esas estrategias que darán vida y desatarán el plan divino sobre la tierra y sobre las circunstancias que podamos estar atravesando. El valor y la iniciativa para cambiar nuestros entornos, está en nuestros labios. Gracias a su valentía su hermano podría crecer cerca de su familia. ¡Hasta recibirían pago por hacerlo! Dios estuvo en todo momento en el asunto, de principio a fin.

Así también está en todo momento con cada una de sus hijas. Cuando cada una de nosotras abrimos nuestros labios con lo que Dios nos ha entregado, habrá vida, bendición y sobre todo se cumplirán los planes de el. No importa lo que pase en el mundo. Puede que no vivamos en el mismo escenario que los hebreos, pero la realidad es que hay muchos que también dependen de nuestras acciones para vivir. No me refiero a la vida naturalmente hablando, sino a la vida eterna que recibimos cuando venimos a la Luz. Hay muchos que dependen de lo que determines hacer no sólo de palabras, sino también con tus acciones. La opresión que se vive en nuestra actualidad es diferente a la del pueblo de Dios en el libro del Éxodo. Han pasado miles de años desde entonces y ¿cuánta opresión no se manifiesta afuera de nuestros hogares en nuestro presente?

En aquél momento todos los varones que nacían eran lanzados al río. El mandato era de muerte. ¿Cuántas personas tenemos alrededor que podemos ver que con su conducta tienen el decreto de muerte en sus vidas? La biblia nos enseña que la paga del pecado es muerte. ¿Cuántas personas conocemos necesitan de Dios y necesitan alejarse del pecado? No estoy tratando de ser jueza mirando las acciones de los demás; simplemente no podemos hacernos de la vista larga cuando sabemos que alguien necesita de nuestra ayuda. Podemos estar ahí, presentes en amor y palabras ricas en sabiduría. 

Tú y yo podemos bendecirles, podemos darle un nuevo giro a sus vidas. Miriam, fue donde la hija del Faraón, como ya sabemos, pero nosotras podemos ir donde el Rey de Reyes y Señor de Señores. Podemos presentarnos en oración y ayuno delante del que puede traer luz a cada vida. Al que puede rescatar las vidas de los que amamos y anhelamos conozcan del amor del Padre.  ¡Cristo viene pronto por su iglesia!

Presentemos en oración ante Dios todos aquellos que sabemos necesitan vivir en Cristo. Todos aquellos que conocemos están siendo llamados para vivir no sólo aquí en la tierra, sino también en la eternidad. Hagamos una lista para nuestro tiempo de clamor por cada uno.¡No puedes detener tu oración!

Los planes de afuera pueden ser como tinieblas densas, pero Dios nos ha dado autoridad, Dicen las escrituras: "Porque cualquiera que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que toca, se le abre".  (Mateo 7:8)

Mi oración hoy es que nadie más sea lanzado al rìo para morir, que podamos estar en vela de esa vida,  como Miriam estuvo de su hermano, y rescatarla para Cristo.
¡Que cada una podamos abrir nuestros labios en el momento oportuno!

Dios te bendiga.

Con amor,

Xiomy M.



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