Entonces los dos hombres salieron y llegaron a la casa de una prostituta llamada Rahab y pasaron allí la noche. Josué 2:1

Cuando los espías entraron la ciudad de Jericó, ya Dios había trazado un poderoso plan. Antes que éstos pisaran esta ciudad, Dios había llenado de temor y temblor el corazón de una mujer. Y para sorpresa de los espías los ayudaría la última persona que hubiera cruzado por su mente. 

¿Les ha pasado que muchas veces en los momentos más significativos recibimos ayuda de quien menos imaginamos o pensamos?
Les confieso que lo más que me encanta de todo esto, es que Dios nos sorprende de una forma, como sólo el sabe hacerlo. En nuestros momentos de prueba, de enfermedad, de crisis, de desempleo, de depresión, de soledad, etc.; Dios siempre envía personas claves para nuestro auxilio. Envía personas que nos bendicen y se convierten en ese refugio mientras pasa la tormenta.

Así fue el rol de Rahab, con los espías que tenían esta tremenda asignación. Enviados por su líder Josué a la ciudad con muros altos y una seguridad extrema. La mujer que era mirada con desprecio y señalamientos, dentro de Jericó, fue la que dió hospedaje a los espías para lograr su misión.

Y es que por encima del pecado que una mujer puede estar viviendo, está la misericordia y el amor del Padre que la ve desde su trono. Ya desde antes que ellos llegaran, Dios había visitado su corazón. Rahab, ya había escuchado de los milagros que el Dios de Israel había hecho para liberar a su pueblo escogido. Su interior ya estaba siendo llenado por el amor de un Padre que nos limpia y nos utiliza para cumplir sus planes. Y es que, por encima de la falta que ella podía tener, su valentía y disposición para ayudar, son admirables. 

Amiga:

Mientras vamos en el camino de los lugares que conquistaremos como hijas de Dios, encontraremos muchas vidas. Y así como le sucedió a los espías, encontraremos personas con corazones listos para ser llenos de esperanza y salvación. Muchos nos brindarán su ayuda y no será casualidad. Será con un plan hermoso de parte de Dios. Ellos te darán la mano y tú, sin embargo, le darás un nuevo giro a sus vidas; porque le darás la Luz que necesitan para salir del camino de la oscuridad.

El intercambio que se da es maravilloso; ella les dió su casa, ellos hicieron un pacto con ella. Rahab, los ayudó a escapar por su ventana, ellos guardaron su vida y la de su familia. Ella lanzó el cordel de grana el día de la batalla y ellos la llevaron a una vida nueva junto a su pueblo. La trajeron a un lugar donde la vida  de Rahab fue transformada por completo. Ellos arrebataron de ese lugar la vida de esa mujer y su familia. Ellos sabían lo que acontecería con Jericó y conocían que sería destruida. Esto me recuerda cómo Dios nos rescatará como iglesia en el rapto, de la hora de prueba que viene sobre la tierra. 

Rahab los ayudó en un momento clave y ellos le devolvieron la esperanza. Le devolvieron un nuevo comienzo y una vida por la eternidad.

No tomemos en poco, la vida de aquellos que nos extienden la mano en el momento de la prueba. 

Estoy segura que la próxima vez que recibas ayuda de alguien, tendrás grabado en tu mente este escrito y esta historia. En la versión en inglés "The Message" menciona que toda la ciudad de Jericó estaba sin esperanza. (Josué 2: 8-11) Toda una ciudad viviendo así.
¡Cuántos se nos atraviesan en el camino de ésta misma forma!

Recuerda que cada una somos esperanza para aquél que vive sin Dios, para aquél que vive en temor, aquél que necesita una mano amiga y aquél que vive en tinieblas.

¡Hoy es buen día para llevar esperanza!

Dios te bendiga.

Con todo mi amor,

Xiomy M.








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