De inmediato el Señor descendió en la nube y se situó a la entrada del santuario, y les ordenó a Miriam y Aarón que se acercaran. Y ellos lo hicieron. El Señor les dijo: ―Hasta con un profeta me comunicaría con visiones y sueños;  pero no es así como me comunico con mi siervo Moisés. ¡Él es completamente fiel en toda mi casa!  ¡Con él hablo cara a cara! ¡Y él ve la mismísima apariencia de Dios! ¿Cómo es que se han atrevido a criticarlo?
Entonces la ira del Señor se encendió contra ellos, y Dios se apartó. En el momento en que la nube se alejó de encima del santuario, Miriam quedó de repente blanca por la lepra. 
Números 12:5-10
Que hoy salga de nuestra boca el depósito que Dios ha colocado en cada una de nosotras. No vivamos para la murmuración, la crítica o el señalamiento. Aprendamos del gran ejemplo que hayamos en las Escrituras.
Que sea el temor del Padre llenando nuestras vidas para aprender de esta vivencia de Miriam, quien fue llena de lepra en su piel como castigo por haber murmurado contra su hermano.
Estuvo fuera del campamento hebreo por 7 días, gracias a que Moisés orá a Dios por su vida. Sus palabras contra Moisés hirieron y enfurecieron al corazón de Dios. Moisés hablaba con Dios cara a cara. Luego de tantas vivencias poderosas y gloriosas en su vida, le dió espacio a sus labios para la crítica. Como dice la Palabra en 1 Corintios 10-12: "Por lo tanto, el que piense que está firme, tenga cuidado de no caer".
¡Que las palabras que salgan de cada una sean del agrado de nuestro Padre!
Oremos por los líderes que Dios nos da, sin señalamientos, porque Dios trabaja directamente con cada uno en base a sus acciones y decisiones. Sobre todas las cosas, guarda cada cosa que emana de tu interior.
Hablemos bendición, hablemos vida, hablemos esperanza, hablemos las virtudes de Jesucristo. Hablemos de la obra hermosa que Él ha tejido en cada una de nuestras vidas. Hablemos de los milagros que Él ha hecho en nuestras vidas. ¡No hay tiempo para la murmuración!
Dios te bendiga.
Con amor,
Xiomy M.



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