Nunca olvides que Él te ve con sus ojos de amor. No para condenarte, ni señalarte, sino para encaminar tus pasos. Así le sucedió a Agar cuando tuvo un poderoso encuentro con Él. Otorgándole una nueva promesa y una nueva oportunidad de rectificar su error. En ese momento, Él vió todo lo que le acontecía y aún más le habló de su presente y del futuro de su hijo.

El Dios que te ve:
ve tus pasos,
ve tus batallas,
ve tus luchas,
ve tus sacrificios,
ve tus enfermedades,
ve tus adversidades,
ve tus situaciones económicas,
ve tus peticiones,
ve tus heridas,
ve tus hijos,
ve tu familia,
ve tus logros,
ve tus victorias,
ve tus talentos,
ve tu llamado,
ve tu corazón,
ve tu propósito y
ve para qué has sido creada.

En medio de todo lo que acontezca alrededor puedes descansar porque el Dios que te ve, todo también lo ve. Desde su trono contempla toda la creación.
Una hermosa mañana para abrazarte con tu Padre, para atesorar sus cuidados y confiar porque el ve el pasado, el presente y el futuro en un mismo tiempo.
Él es el dueño del tiempo y de los tiempos.
Recuerda  que Él siempre te ve, sin importar lo que pase, y te llama tal cual estás...
¡Dios te bendiga!
Con amor,
Xiomy M.

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