Mientras tanto, el criado la observaba en silencio, preguntándose si el Señor le había contestado la oración. Génesis 24:21

Y allí, mientras Rebeca traía agua en su cántaro para los camellos del siervo de Abraham; estaba siendo observada calladamente.
El siervo sólo contemplaba el trabajo que hacía, sin pronunciar palabra alguna. Guardaba silencio para conocer si Dios había prosperado su viaje a Mesopotamia. Guardaba silencio para recibir la confirmación de Dios.
En mi mente, puedo imaginar a Rebeca caminando del pozo al bebedero. Fueron varios los viajes que haría para alimentar los animales. 
Así, puedo imaginar también que Dios nos mira a cada mientras trabajamos en su obra, en su propósito en sus planes. 
En silencio, observando la labor que nos ha encomendado a cada una. Observando nuestra hospitalidad, nuestro deseo de servir, nuestra iniciativa para ayudar. Sin decir una sóla palabra, simplemente evaluando nuestra labor en el reino y nuestra pasión y amor en cada paso.
Luego de este silencio, cuando Rebeca terminó su trabajo el siervo la llenó de presentes para honrarla y bendecirla.

Dios, también desea bendecirnos y adornarnos con su gracia y amor. Mi oración hoy es, que cuando el Padre nos mire, desde su trono en silencio, pueda vernos y deleitarse con el trabajo, el esfuerzo y la dedicación con que cada una trabajemos para extender su evangelio, su luz y sus planes de amor y salvación. Mientras Él guarda silencio, ¡manos a la obra!

Dios te bendiga.

Con amor,

Xiomy M.


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