Laura Mercado: Una voz de fe
Por Damaris Hernández Mercado03/23/2016 |00:00 a.m.
La locutora de radio cristiana Laura Mercado se levanta todos los días para alentar a otros con su testimonio.
Para muchos la fe se prueba en las adversidades. Esa fuerza interior inexplicable de absoluta credibilidad es la que ha logrado encontrar la locutora Laura Mercado de la emisora radial Radio Redentor (104.1 FM) para continuar hacia adelante en medio de los duros golpes de la vida.
La madre de dos niñas, Paula Isabel y Laura Andrea, de 9 y 12 años respectivamente, ha sufrido grandes pérdidas físicas de manera súbita. Algunas experiencias han sido duras; otras, las describe como devastadoras. Sin embargo, hay algo que nunca se ha derrumbado en su vida: su fe ante el “plan que Dios tiene para mí”.
Cuando la locutora apenas tenía 13 años, su padre se suicidó en su casa. Ella, según recuerda, vio cómo su progenitor se prendía en fuego hasta privarse la vida. Su madre, conmocionada por la tragedia, cayó en una crisis emocional en la que se paralizó sin poder actuar.
Fue la locutora la que tuvo que apagar el cuerpo de su padre incendiado, arrojándole tierra mientras lo veía morir frente a su casa. Años más tarde, a ese duelo se sumó la partida física de su madre.
Y hace casi dos años, exactamente un 25 de marzo de 2014, su esposo murió en un accidente de auto al quedarse dormido. Ese día su mundo literalmente se derrumbó, ya que según describe su matrimonio, familia, trabajo y relación con Dios estaba en su mejor momento.
“Él estaba manejando a casa un miércoles a las 3:00 p.m. y se quedó dormido. Recuerdo que me hablaba raro y estaba tomando unos medicamentos y 20 minutos después falleció. Estaba en el mejor momento de mi matrimonio y ese último año y medio nos compenetramos más. Mis niñas estaban perfectas de su estado de salud emocional. Ciertamente (con la muerte) me quería quedar en la cama comiendo mis miserias. Pero fue Cristo quien me levantó. Y de levantarse en medio del dolor es de lo que me gusta hablar. Esto ha sido devastador pero estoy segura que el plan de Dios conmigo es testificar”, narra la locutora que lleva 18 años trabajando en una cabina radial de emisoras cristianas.
Dar testimonio de sus experiencias, tanto las positivas como las negativas, y narrar cómo Dios toca el corazón de otros a través de sus vivencias, es lo que la motiva a sentarse de lunes a viernes frente a un micrófono para compartir con los radioescuchas.
En su caso, trabajar en una emisora radial cristiana es el trabajo que siempre soñó. Tanto así, que no se vislumbra haciendo otra cosa en la vida. “A menos que Dios me coloque en otro lugar, mi deseo es continuar aquí”, aclara en referencia de su trabajo en Radio Redentor.
“Desde que tengo 13 años sabía que quería trabajar en la radio. Me codeaba de locutores. Estudié comunicaciones y muy buenos amigos que trabajaban y tenían posiciones estratégicas en los medios me decían: ‘Laura tú eres mi amiga y no te podemos acomodar’. Nunca se me dio. Una vez me reconcilió con Dios en 1998. Llamé aquí (Radio Redentor) y pregunté si me podían reclutar. Empecé y a las dos semanas ya estaba en una cabina junto al locutor Nelson Perdomo. Esto era parte del plan de Dios. En menos de un mes, estaba al aire con un turno propio”, recuerda la locutora, que trabaja de 10:00 a.m. a 3:00 p.m. en la emisora radial.
Entre las satisfacciones que experimenta, asegura que su trabajo “no es hacer radio por hacer radio, sino hacerlo mientras trabajamos para el reino de Dios”.
“Para mí es el mejor trabajo del mundo. No solo puedo ejercer lo que me gusta; que es la radio. Si no que también predico y que llevo la palabra de aliento y esperanza. Doy testimonio y predico el evangelio. Soy una mujer afortunada de tocar otras vidas a través del Señor”, revela antes de comenzar su intervención radial.
Dentro de su turno radial ha sido en múltiples ocasiones una herramienta de ayuda para radioescuchas que la llaman buscando un consejo en medio de problemas económicos, falta de empleo, divorcios, intenciones de quitarse la vida y tragedias. Colocarse en los zapatos de los demás y narrar sus vivencias desde una filosofía cristiana es lo que a su juicio le permite ayudar a otros a través de su testimonio.
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